domingo, 21 de agosto de 2011

Yo todavía amo a Venezuela.


Yo la amo, les juro que la amo...

Y como no amarla si la conozco desde que nací. Si yo soy parte de ella y ella de mi. Si en ella y con ella aprendí a leer y a amar, a cuidarme y a olvidar.

La amo, nunca dejaré de hacerlo. Me hacía sentir orgullosa cada vez que me llenaba la boca hablando de ella. Me daba todo lo que necesitaba, amistad, amigos, trabajo, casa, familia.

La recorrí gustosa, pero no la termine de conocer completamente, ahora me arrepiento porque se que tenia mucho mas que dar, muchas y muchas sorpresas maravillosas escondidas para quien no se adentran en ella. Uno de nuestros mejores momentos fue cuando de niña recogía caracoles para enseñárselos a mi papa, aun tengo la colección.

Ella era para mi, ese sitio seguro y conocido, donde te sientes a tus anchas y sabes donde esta eso que necesitas, deseas, quieres, y lo que no. Ella me acompañaba en mis caminatas tristes por el bulevar de Sabana Grande. Llenaba mi estomago con tequeñitos, tequeñones, mini pan de jamon y mini lunch, nunca le falto el te frío de durazno o la malta. Y en navidades me daba hallacas y gaitas, regalos y familia. A final de año brindábamos mientras sonaba el fatídico "faltan cinco pa las doce..."

Ella nunca me aburría, siempre tenia algo que hacer. Tenia intensidad nocturna, y paz en las curvas que me regalaba desde la ventana de mi apartamento.

La ame siempre, aun cuando comencé a ver que no estaba bien. No me importaba, siempre pensé que se recuperaria rápido y pronto con valentía y dignidad. Pero ella estaba enferma, profundamente enferma. Por sus venas corría veneno, la droga del odio, del cual consumía mas y mas. Por mas que lo intente y di batalla por ella no logre que reaccionara. !Cuanto me costo entenderlo! su mal era mas profundo que mis posibilidades de ayudarla.

Estaba llena de un odio y un resentimiento que yo no comprendía, aun no lo comprendo. Estaba enviciada por la sed de venganza y el egoísmo. No le importaba cuantos la quisieran, cuantos se levantaban a diario para hacer de ella algo mejor. Ella solo odiaba.

Poco a poco se fue poniendo fea, amargada. Peligrosa. No le importaba pisar a la gente, ni volteaba si alguien pedía ayuda. Sentía que todo lo merecía aunque otro sufriera por eso. Comencé a pensar que ya no era la misma. Solo sabia amenazar con violencia, y a arrancarle a los demás lo que les pertenecía. Y no se detenía por nada o nadie, estaba ciega de ira.

Tuve que alejarme. Entendí que pelear por ella me estaba haciendo daño a mi pero !COÑO! yo habría matado por ella. Pero no podía dejar que ella me matara a mi.

Tuve que dejarla... Me partió el corazón, porque siempre me quedara la culpa de haberla dejado tan mal. Pero no se puede hacer nada, por ahora no. Quizás solo le toca sentir el fondo del barranco, y quizás ese día comience a buscar la luz.

Sigo pensando en ella, sigo preocupada por ella. Busco noticias y veo que solo sigue empeorando. Y me alegro tristemente de haber puesto tierra de por medio. !Como la extraño! Hay dolores que solo se calman con la cercanía, pero por ahora la cercanía es imposible.

Algun día espero volverla a ver, pero en el fondo se que la encontrare muy golpeada, dolida y amoreteada. Espero que no sangrando, que no tenga que llegar hasta ahí. Ese día la veré con el mismo amor de siempre y le diré "Aquí estoy, vine por ti, nunca me he olvidado de ti, cuenta conmigo. Ven, levántate, resolvamos esto."

Venezuela no estas sola, muchos esperamos el momento en el que nos permitas ayudarte a poner tu cabeza en alto. Yo aun te amo...





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